La declaración que han recibido nuestras ciudades
como Patrimonio de la
Humanidad por parte de la UNESCO constituye un honor y un reconocimiento
internacional y, al mismo tiempo, supone una gran responsabilidad que debemos
asumir de cara a garantizar la protección y conservación de todos esos valores
para las generaciones futuras.
En este sentido, existen una serie de obligaciones
que las ciudades deben abordar, como el mantenimiento de los cascos
históricos, la protección medioambiental que en muchos casos ha sido degradada
por desafortunadas intervenciones modernas, la restauración y rentabilización
de gran cantidad de patrimonio edificado de carácter monumental y todos
aquellos problemas que produce el hecho de enfrentar una configuración del
pasado con la vida actual.
Convencidos de las grandes dificultades que supone
conservar estos valores y del esfuerzo económico que exige, en el año 1993
creamos el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, con
la finalidad de actuar de manera conjunta en la defensa del patrimonio
histórico y cultural de estas ciudades y en el mantenimiento y potenciación de
determinadas formas de vida que estos núcleos históricos necesitan, realizando
proyectos y propuestas comunes, estableciendo políticas de intercambios de
experiencias, afrontando problemáticas comunes.
En todos los años recorridos, hemos sumando
experiencias en los distintos campos de actuación y hemos planteado
soluciones, lo que nos ha permitido avanzar en el compromiso adquirido
con el mundo en general, siempre manteniendo la personalidad de cada una de
estas ciudades y reconociendo que la riqueza de un conjunto histórico estriba
en su individualidad
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